Para una madre, la palabra “hijo” significa amor desde el primer hasta el último momento, pero no cualquier amor sino aquel que se combina de sueños infinitos, anhelos de cuidar, proteger, arrullar, ver crecer, enseñar, acompañar, consentir, disfrutar con ellos de sus triunfos y llorar con sus tristeza, en fin. 
 
Este amor es incalculable desde que se sabe la noticia que un nuevo ser viene en camino, puede tener solo algunas semanas, pero existe y empieza a llenar la vida de otro color, nace la esperanza, se empiezan a crear nuevos sueños, pensamientos y preguntas, ¿será niño o niña?  ¿a quien se parecerá?  ¿qué nombre le pondremos? ¿como decoraremos su cuarto?
 
Estas preguntas encuentran respuestas, estos sueños y pensamientos comienzan a hacerse realidad, se compra ropita, juguetes, teteros...se reciben obsequios para quien esta próximo a llegar.  Pero toda esta felicidad se rompe cuando de pronto algo sale mal y sucede lo inesperado. Su corazón ha dejado de palpitar, tal vez fue una complicación inesperada o tal vez ya los doctores habían dicho que podía suceder , o sencillamente sin previo aviso sucedió.
 
No importa que edad tenía tu bebé, lo importante es que existió y su ausencia duele. Esta clase de duelo es compleja ya que la madre muchas veces es sometida a un parto en que sabe que su hijo nacerá sin vida, además, debe pasar por un proceso de dieta y cuidados en ausencia del recién nacido. Surgen múltiples emociones, sentimientos, pensamientos:

- negación: sensación de que esto no esta sucediendo, de irrealidad
- tristeza profunda acompañada de llanto intenso y constante al saber que ya no esta
- confusión: las cosas suceden tan rápidamente que no es fácil comprender lo que ha ocurrido
- irritabilidad: sensación de malestar, todo incomoda
- rabia: hacia el mundo, hacia los médicos, hacía  sí mismo, hacia otros
- culpa y autorreproches: pensamientos generalmente irracionales como  “de pronto no me cuide lo suficiente”, “que hice mal”, “no hice lo necesario para salvarlo”
- desesperanza
- tristeza al ver mujeres embarazas o bebés
 
 
Los que se encuentran a tu alrededor buscan consolarte con expresiones como: “estas joven, más adelante puedes intentarlo nuevamente”,  “tienes otros hijos, piensa en ellos”,  “estaba muy pequeño, no hay tantos recuerdos”, muchas veces lo que generan es sensación de incomprensión respecto al dolor que se esta experimentando. Puede ser cierto lo que dicen, pero sería mejor no escucharlo, si eres  joven puedes volver a intentarlo pero ese hijo era único, esperado y amado. Si tienes otros hijos, sabes que cada uno de ellos son como los dedos de tu mano, todos importantes, irrepetibles y auténticos; si estaba pequeño soñabas con verlo crecer.
 
¿Que hacer ante el dolor?
 
1. Toma tiempo para decidir que harás con las cosas obsequiadas y compradas. No debes recogerlas inmediatamente si no deseas hacerlo. Cuando decidas realizar esta tarea puedes hacerla tu misma o elegir a alguien que lo haga por ti, según tus indicaciones. Puedes donar las cosas a alguien que las necesite.
 
2. Habla de lo que sientes: el apoyo de la pareja es muy importante en un momento como este, la escucha  y la comprensión son de gran valor.
 
3. Llora cuanto sea necesario, es un proceso doloroso y la tristeza se expresa con llanto.
 
4. Escribe un diario de momentos y emociones.
 
5. Identifica que te hace más daño y evítalo.
 
6. Toma tiempo para recuperarte y elaborar la pérdida, no te apresures a un nuevo embarazo.
 
  
¿Que deben hacer quienes acompañan a alguien que este viviendo esta situación?
 
1. Permanecer atentos a escuchar y acompañar a los dolientes cuanto sea necesario.
 
2. No actuar como si nada hubiera sucedido.
 
3. Ofrecerse de forma respetuosa para realizar tareas pendientes si los padres no se sienten en capacidad de hacerlo.
 
4. Dejar espacios de privacidad para que la pareja o la doliente viva su proceso.
 
5. Realizar llamadas periódicas aunque pasen los meses para que la doliente o los dolientes sientan que no se les ha olvidado.
 
6. No presionar a una pronta recuperación, cada quien tiene su propio tiempo.
 
 
MADRE MIA

He tocado tus lagrimas con dedos invisibles para consolarte...

Se que piensas en mi a menudo, durante el día, durante la noche, en tus sueños, al entrar a un cuarto vacío sabiendo que jamás estaré allí... Pero estoy en tu corazón, en tu alma, siempre estaré ahí, contigo.

Tu que sin ningún egoísmo me diste tanto de ti misma. En lo más intimo de tu ser, creaste un mundo especial para mí, un mundo de alegría, de amor, y también de tristeza y de dolor... todo lo que una persona puede sentir lo compartiste conmigo.

Y aunque jamás podre sentirme arrullad@ en tus brazos, ya sentí el latido de tu corazón como una canción de cuna y tu espíritu dándome un lugar seguro, ya protegiéndome y preparándome para lo que vendría después.

Pero a veces, el viaje de la vida separa a las almas. Y es verdad, tuve que irme a otro lugar... Ojala hubiera podido quedarme, ojala hubiera sido una decisión que tu o yo hubiéramos podido tomar.

Quiero que sepas que donde estés, siempre estarás conmigo... Tu amor fue el
primero para mí, la primera alegría, y también tu alma, la primera que por siempre conoceré.
 
Tú me has dado el valor y el ánimo para continuar mi viaje. Espero poder hacer lo mismo por ti. El latido de tu corazón siempre me llamará hacia a ti.


Con todo cariño,

Tú bebe


 
Autor: Anónimo ( tomado de https://espanol.babycenter.com/thread/168981/un-poema-para-quienes-hemos-perdido-angelitos#ixzz4ejr67nXV )
 
Luddy Maireth Caicedo Esteban
Psicologa Apoyo al Proceso de Duelo